Reseña de «Blackwater III: La casa» de Michael Mcdowell: Cuando el terror habita en una habitación

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La casa es el tercer volumen de la saga Blackwater del autor Michael Mcdowell, y la interesante continuación de esta historia costumbrista con tintes sobrenaturales y de terror que la editorial Blackie Books viene publicando por entregas cada 15 días. Como su propio título indica, este ejemplar se centra bastante en la casa en la que Elinor y Oscar viven desde hace años y en la que ya en el primer libro se dejaba entrever que algo raro se ocultaba entre sus cuatro paredes. Por supuesto, esta reseña sólo es apta para los lectores que ya hayan pasado por las dos anteriores entregas, ya que puedo desvelar algunos detalles que ya doy por conocidos. Ahora sí…¡ Volvamos a Perdido!

Esta vez, nos encontramos a finales de la década de los años 20, en medio de la conocida depresión económica que marcó esta época, y que, evidentemente, afecta a la mayoría de los habitantes de Perdido. En este contexto se va a seguir desarrollando la historia familiar a la que Mcdowell nos tiene acostumbrados, marcada sobre todo por la creciente rivalidad entre Elinor y su suegra Mary-Love Caskey y cuya tensa relación y todo lo que le rodea nos mantiene enganchados como buenos lectores cotillas. Además, ahora esta enemistad pasa también a  Miriam y Frances, las hijas de Elinor quienes, criadas por separado (Miriam por Mary-Love y Frances por su verdadera madre), recogerán el testigo de esta animadversión. Sin embargo, nuevamente el punto fuerte de esta historia es, en mi opinión, las dosis de misterio y terror que envuelven principalmente a la casa de Elinor, en cuya habitación principal tienen lugar unos acontecimientos más que espeluznantes

Aunque es una auténtica pena que las escenas de terror sean más bien escasas y gran parte de las mismas nos aguarden al final, La casa mantiene el buen nivel que viene caracterizando a la saga Blackwater que, como siempre, te dejan con la boca abierta y, como suele decirse coloquialmente, mal cuerpo. Bien es cierto que todo lo que concierne a las relaciones entre los personajes, los líos familiares y toda la trama costumbrista, también atrapa sorprendentemente, y mucho. Si no, esta larga historia no estaría cosechando tanto éxito, pero es su tinte gótico lo que, definitivamente, le pone la guinda al pastel.

Ya puedo adelantarte que la siguiente entrega es un poco más flojilla en lo que a elementos sobrenaturales se refiere, pero más reveladora con respecto a la naturaleza de Elinor y de alguien más. No obstante, pronto le dedicaré una reseña completa a esta cuarta novela en la que, por el momento, me he quedado. Por supuesto, mi intención es dejar por mi blog mi opinión del resto de novelas de Blackwater.

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