Reseña de «Luz virtual» de William Gibson: Hastío social y realidad virtual

Estándar

William Gibson nos presenta en Luz virtual una historia de ciencia ficción futurista con tintes de novela negra y de gran originalidad, que da inicio a la denominada Trilogía del Puente. Escrito y publicado a principios de la década de los noventa, este libro del autor conocido como el creador del cyberpunk, parece intuir un futuro no muy lejano en el que la telefonía y el mundo virtual dominan gran parte de nuestro día a día. Pero, a modo de distopía, la trama de Luz virtual se desarrolla en una sociedad decadente y corrupta, que debe hacer frente, además, a una serie de desastres medioambientales que están modificando la estructura de grandes estados como California o Japón. Si ya te está entrando curiosidad, no te pierdas mi reseña.

Luz virtual narra principalmente dos líneas de acción con dos protagonistas diferentes, cuyos destinos acabarán cruzándose bien avanzada la historia. Por un lado, tenemos a Berry Rydell, un policía de L.A. caído en desgracia del que poco a poco conoceremos su pasado y el motivo por el cuál ha acabado trabajando para la seguridad privada. Despedido de su actual empleo tras caer en una trampa, a Rydell no le queda más remedio que aceptar el encargo de trabajar como conductor de alguien que, a todas luces, no es trigo limpio. Una cosa lleva a la otra y termina metido de lleno de un asunto bastante feo… Por su parte, Chevette Washington es la responsable de introducirnos en la otra cara de esta historia. Esta joven mensajera se adentra un día en una opulenta fiesta de algún millonario para entregar un paquete. Pero un individuo le molesta y, frustrada, decide robarle unas supuestas gafas de sol del bolsillo del pantalón antes de marcharse. Pronto, Chevette entenderá que el curioso objeto que robó es mucho más que unas simples gafas y, por su culpa, acabará envuelta en una peligrosa huida a vida o muerte.

A través de estos protagonistas, los villanos y otros personajes como Skinner, Gibson construye una amalgama de historias personales, transmitiendo la idea de hastío social por parte de unas personas que tratan de sobrevivir edificando una especie de refugio alternativo a una sociedad sucia e injusta. En el marco de este contexto político y social, Luz virtual se recrea en uno de los puntos fuertes de esta novela: el desarrollo de un mundo virtual, el uso de la tecnología emergente capaz de cosas imposibles e incluso el surgimiento de piratas informáticos. Con su detallada descripción de gafas y cascos que van incluso más allá de la realidad virtual que hoy en día conocemos, el autor parece todo un visionario del alcance de la tecnología, y sus aplicaciones en un mundo tan decadente como el presentado, consiguen un interesante enfoque reflexivo.

Aunque la historia se va completando poco a poco con atisbos al pasado de los personajes, ya desde el principio la trama resulta atractiva, la acción está a la orden del día y la estética cyberpunk tan característica de esta obra deja la sensación en el lector de asistir a una original aportación al género de la ciencia ficción que, obviamente, debe completarse con el resto de libros que componen la trilogía, para terminar de echar un vistazo a este futuro que, en más de un aspecto, estamos continuamente bordeando peligrosamente en la realidad.

Deja un comentario