La casa de muñecas de Neil Gaiman, es el segundo arco argumental del cómic Sandman. Como ocurrió en la primera entrega, volvemos a encontrarnos con Morfeo (o Sueño), ahora más fuerte y recuperado de su largo encierro, quien sigue intentando poner orden en el mundo tras el caos que supuso su ausencia en el reino de los sueños. Con pesadillas campando a sus anchas, criaturas caprichosas sin ser controladas, familiares algo díscolos, y la aparición de un peligroso vórtice que está provocando un tremendo desajuste en la naturaleza del sueño de los mortales, nuestro oscuro protagonista no tendrá nada fácil lograr que las aguas vuelvan a su cauce. Habrá que acompañarle para ver qué tal se le da.
En esta segunda entrega que mezcla terror, thriller contemporáneo y superhéroes, con una estética que juega con lo gótico y pinceladas de otros estilos que recuerdan al punk, gore, y otros géneros (debido al trabajo de diferentes artistas gráficos dentro de un mismo tomo), Gaiman vuelve a centrarse en las andaduras de Morfeo intentando arreglar el mundo patas arribas que se ha encontrado tras su largo cautiverio, al mismo tiempo que la trama nos va presentando a Rose Walker, una joven que durante sus sueños tiene extrañas visiones y que debe encontrar a su hermano pequeño, encerrado y maltratado en una casa y con una mísera vida de la que únicamente durmiendo logra escapar. Además, en algunos capítulos nos toparemos con otros personajes y situaciones que se van enredando también en la historia, como una convención de asesinos en serie a la que asiste el mismísimo Corintio, una sádica y narcisista pesadilla tras cuyos pasos anda también Morfeo. Por si no tuviéramos bastante carga argumental con todos estos pasajes y aventuras, también seremos testigos de la relación de Sueño con la humanidad, a la que admira y protege, y que despierta su curiosidad hasta el punto de querer hacer tratos como el que se desarrolla en mi capítulo preferido “Hombres de fortuna” cuando Muerte le concede a un mortal del siglo XV el don de la inmortalidad para ver hasta cuándo es capaz de soportarla. Desde ese día, Sueño acude a su cita con este hombre cada 100 años para comprobar por sí mismo cómo va evolucionando su peculiar amigo. Página tras página, Gaiman nos regala un asombroso paso por el tiempo en el que asistimos a los cambios culturales, sociales, políticos, de mentalidad y hasta estéticos de los diferentes siglos transcurridos.
Sandman Vol.02: La casa de muñecas es otra pequeña obra de arte en la que encontrar el sello, el estilo inconfundible y atrevido de Gaiman, junto al talento de diferentes dibujantes que van plasmando su visión de esta historia onírica que, obviamente, me está encantando. Por supuesto, este segundo número en el que la historia se va concretando más, me deja con ganas de seguir con la colección de DC Comics que voy haciendo poco a poco, pero con gran deleite, y ya tengo mucha curiosidad por saber cómo seguirá avanzando todo, así como qué les deparará el destino a Morfeo, sus hermanos, las criaturas del reino de los sueños y las personas vivas que, según parece, cada vez tienen una relación más estrecha. Espero no tardar mucho en adentrarme en el tercer tomo…
Viviendo mil vidas 